El cambio hacia vehículos más sostenibles es una de las grandes tendencias de la actualidad, y los coches de bajas emisiones están liderando el camino. Con el aumento de la preocupación por el cambio climático y la calidad del aire, cada vez más conductores se están decantando por opciones más ecológicas para reducir su huella de carbono. Si estás pensando en cambiar de coche o mejorar el que ya tienes, te damos algunos consejos sobre cómo adaptarte a esta tendencia y los beneficios de los coches de bajas emisiones.

¿Qué son los coches de bajas emisiones?

Los coches de bajas emisiones son aquellos que emiten menos contaminantes al ambiente que los vehículos convencionales de gasolina o diésel. Estos vehículos incluyen coches eléctricos (VE), híbridos y de hidrógeno. El objetivo principal es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (CO2) y otras sustancias nocivas como óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas, que son responsables de la contaminación del aire y el cambio climático.

Beneficios de los coches de bajas emisiones

1. Reducción del impacto ambiental
   Los coches de bajas emisiones son mucho más amigables con el medio ambiente que los de combustión interna tradicionales. Al optar por un vehículo eléctrico o híbrido, reduces las emisiones directas y contribuyes a la mejora de la calidad del aire, especialmente en ciudades con altos niveles de contaminación.
2. Ahorro de combustible
   Los coches eléctricos e híbridos suelen ser más eficientes en cuanto al consumo de energía. Esto se traduce en menos dinero gastado en combustible. Además, los eléctricos pueden cargarse en casa, lo que te ahorra tiempo y dinero en visitas a la gasolinera.
3. Beneficios fiscales y subvenciones
   Muchos gobiernos ofrecen incentivos fiscales, descuentos o ayudas para la compra de vehículos de bajas emisiones, tanto a nivel local como nacional. Esto puede significar un ahorro considerable en el precio de compra y, en algunos casos, exenciones de impuestos o tarifas de circulación.
4. Acceso a zonas de bajas emisiones
   En muchas ciudades del mundo, existen zonas de bajas emisiones donde solo pueden circular los vehículos que cumplen con ciertos estándares ecológicos. Tener un coche de bajas emisiones te garantiza acceso a estas áreas, además de evitar posibles multas por entrar con vehículos contaminantes.
5. Tecnología avanzada y confort
   Los coches de bajas emisiones no solo son mejores para el medio ambiente, sino que también cuentan con tecnologías avanzadas que mejoran la experiencia de conducción. Desde sistemas de infoentretenimiento de última generación hasta asistencias electrónicas que hacen la conducción más segura, los vehículos de bajas emisiones están equipados con lo último en tecnología.

¿Qué tipo de coche de bajas emisiones elegir?

1. Coches eléctricos (VE)
   Los coches eléctricos no emiten gases contaminantes durante su funcionamiento, ya que funcionan con baterías recargables. Son ideales si buscas una opción completamente ecológica y si tienes acceso a puntos de carga cercanos a tu hogar o lugar de trabajo.
2. Coches híbridos
   Los híbridos combinan un motor de combustión interna con un motor eléctrico, lo que les permite reducir las emisiones sin necesidad de depender completamente de la electricidad. Son una excelente opción si no tienes acceso fácil a cargadores eléctricos y prefieres la flexibilidad de un motor de gasolina o diésel combinado con la eficiencia de un motor eléctrico.
3. Coches híbridos enchufables (PHEV)
   Los híbridos enchufables tienen un motor eléctrico y un motor de combustión interna, pero a diferencia de los híbridos, puedes cargar su batería con energía eléctrica. Esto permite realizar viajes cortos sin emisiones, mientras que en viajes largos el motor de gasolina o diésel entra en acción.
4. Coches de hidrógeno
   Aunque aún son menos comunes, los coches impulsados por hidrógeno son una opción de bajas emisiones, ya que solo emiten vapor de agua como residuo. Estos vehículos se están desarrollando con mayor rapidez y, en un futuro cercano, podrían ser una opción viable y ecológica.

¿Qué hacer con tu coche antiguo?

Si tienes un coche viejo que no cumple con los estándares de emisiones, considera las siguientes opciones:

1. Reciclaje en un desguace
   Los desguaces juegan un papel fundamental en el reciclaje de coches antiguos. Al llevar tu vehículo a un desguace, puedes asegurarte de que las piezas reutilizables se aprovechen y que los materiales peligrosos, como los líquidos del motor, se gestionen de manera segura.
2. Venta de piezas
   Si tu coche aún tiene partes en buen estado, puedes venderlas a un desguace o tiendas de repuestos para que se reutilicen. Esto no solo te ayuda a deshacerte de tu coche de manera responsable, sino que también contribuyes a la economía circular.

Conclusión

Cambiar a un coche de bajas emisiones no solo es una forma inteligente de ahorrar dinero y reducir tu impacto ambiental, sino también una manera de adaptarte a las exigencias del futuro del transporte. Con la creciente infraestructura de recarga y el aumento de incentivos gubernamentales, nunca ha sido tan fácil dar el paso hacia un coche más ecológico.

Si estás considerando cambiar tu coche o actualizarlo, asegúrate de explorar todas las opciones disponibles y trae tu vehículo antiguo a nuestro desguace para su reciclaje responsable.

¡Contribuye al futuro verde del transporte y empieza a disfrutar de los beneficios de conducir un coche de bajas emisiones!

El mantenimiento preventivo no solo es clave para evitar costosos arreglos, sino también para alargar la vida útil de tu vehículo. En un desguace, hemos visto muchos casos donde los vehículos, si se hubieran mantenido adecuadamente, habrían tenido más años de servicio. Sin embargo, cuando los dueños no toman las precauciones necesarias, los daños irreparables pueden llevar a que el coche termine en un desguace mucho antes de lo necesario.

Aquí te dejamos algunas recomendaciones para mantener tu coche en su mejor estado:

1. Reemplazo de piezas desgastadas Las piezas de tu coche como los frenos, las correas, o la batería, tienen una vida útil limitada. No esperar a que se rompan puede evitar accidentes y ahorrar dinero a largo plazo.
2. Revisión regular del sistema de refrigeración Evitar el sobrecalentamiento es vital. Si el motor no se refrigera correctamente, podría sufrir daños irreparables. Comprobar el nivel de anticongelante y revisar las mangueras y radiadores regularmente puede prevenir futuros problemas.
3. Cambio de aceite y filtros El aceite es el «sangre» del motor. Si no se cambia con regularidad, el motor puede desgastarse rápidamente. Además, revisar los filtros de aire y de combustible asegura que el motor reciba lo que necesita para funcionar de manera eficiente.
4. Chequeo de los neumáticos Los neumáticos desgastados o en mal estado no solo afectan el rendimiento del coche, sino que también aumentan el riesgo de accidentes. Asegúrate de que estén alineados, balanceados y con la presión adecuada.
5. Revisión de los sistemas eléctricos Las baterías son uno de los componentes que más sufren con el tiempo. Asegúrate de que la batería y los sistemas eléctricos estén en buen estado para evitar problemas al encender el coche o al usar sus accesorios.
6. Limpieza y protección de la carrocería Aunque pueda parecer una tarea estética, limpiar el coche y proteger la carrocería con cera es fundamental para evitar que la corrosión y el óxido se apoderen de tu vehículo.

Conclusión
El mantenimiento preventivo es una inversión pequeña comparado con los costos que puede acarrear una avería grande o, peor aún, la pérdida de tu coche. Si mantienes tu coche con cuidado y lo revisas periódicamente, no solo evitarás la necesidad de visitas frecuentes al desguace, sino que también disfrutarás de un vehículo seguro y eficiente durante más tiempo. Recuerda que, si alguna parte de tu coche ya no tiene solución, un desguace es la mejor opción para deshacerte de él de forma responsable y, tal vez, encontrar piezas de  repuesto que puedas reutilizar.

Aquí te dejamos algunos consejos clave para revisar tu coche en invierno y mantenerlo en óptimas condiciones.

1. Revisa el sistema de calefacción y desempañado

Uno de los primeros aspectos que debes verificar en invierno es el sistema de calefacción y desempañado. Asegúrate de que el aire acondicionado y la calefacción funcionen correctamente, ya que son esenciales para mantenerte cómodo y seguro mientras conduces. Además, comprueba que los desempañadores y los limpiaparabrisas estén en perfecto estado para evitar visibilidad reducida.

2. Verifica los neumáticos

Los neumáticos son uno de los componentes más importantes cuando las condiciones meteorológicas se vuelven difíciles. Durante el invierno, es recomendable cambiar los neumáticos estándar por neumáticos de invierno, que ofrecen un mejor agarre en carreteras mojadas o nevadas. Revisa también la presión de los neumáticos regularmente, ya que el frío puede hacer que pierdan presión rápidamente.

3. Comprueba el sistema de frenos

Los frenos deben estar en perfectas condiciones durante todo el año, pero en invierno es aún más importante. Las carreteras resbaladizas pueden aumentar el riesgo de accidentes si los frenos no funcionan correctamente. Haz revisar las pastillas de freno y los discos, y asegúrate de que el sistema esté en buen estado.

4. Verifica los líquidos del motor

El motor de tu coche depende de varios líquidos para funcionar correctamente. Asegúrate de que el nivel del aceite sea el adecuado y de que esté en buenas condiciones, ya que el frío puede afectar su fluidez. Además, revisa el líquido anticongelante para evitar que se congelen los sistemas del motor en temperaturas bajo cero. No olvides también el líquido del limpiaparabrisas, asegurándote de que esté preparado para las bajas temperaturas.

5. Revisa la batería

Las bajas temperaturas pueden afectar el rendimiento de la batería, especialmente si ya está algo vieja. Antes de que llegue el invierno, verifica la batería de tu coche, asegúrate de que las conexiones estén limpias y firmes, y revisa su carga. Si la batería está llegando al final de su vida útil, es mejor cambiarla antes de que te deje tirado.

6. Limpieza y protección de la carrocería

La sal que se utiliza en las carreteras para derretir la nieve puede ser corrosiva para la pintura y las partes metálicas de tu coche. Después de conducir en condiciones invernales, es fundamental lavar el coche para eliminar los residuos de sal y prevenir la corrosión. Considera también la posibilidad de aplicar una capa de cera para proteger la pintura.

7. Mantén un kit de emergencia a bordo

Nunca está de más estar preparado para cualquier imprevisto. En invierno, las condiciones pueden cambiar rápidamente, por lo que es recomendable tener un kit de emergencia en el coche. Incluye una manta, agua, linterna, cables de arranque, un rasqueta para el hielo, guantes, y una pequeña pala en caso de quedar atrapado en la nieve.

8. Prueba las luces y los limpiaparabrisas

La visibilidad es crucial en invierno, ya que las tormentas de nieve, la lluvia y los días más cortos pueden dificultar la conducción. Asegúrate de que todas las luces (delanteras, traseras, intermitentes y faros antiniebla) estén funcionando correctamente. Además, revisa las escobillas de los limpiaparabrisas, ya que el frío puede deteriorarlas rápidamente.

9. Realiza una revisión general

Antes de que llegue el invierno, es recomendable hacer una revisión general de tu coche. Esto incluye la comprobación del sistema de dirección, suspensión, escape y otros componentes cruciales para el funcionamiento del vehículo. Si no estás seguro de cómo hacer estas revisiones, no dudes en acudir a un taller especializado.

Conclusión

Cuidar de tu coche durante el invierno no solo mejora su rendimiento, sino que también te mantiene seguro en la carretera. Con unas simples revisiones y un mantenimiento preventivo, podrás evitar contratiempos y asegurarte de que tu vehículo esté listo para afrontar las duras condiciones invernales.

¡No dejes que el frío te detenga y disfruta de tus viajes con total confianza!

¿Qué es la economía circular?

La economía circular es un modelo económico que se basa en la reutilización, reciclaje y regeneración de productos y materiales, en contraste con el modelo lineal tradicional en el que los productos se fabrican, se consumen y se desechan. El objetivo es reducir al mínimo la extracción de recursos naturales y la generación de residuos, cerrando el ciclo de vida de los productos.

¿Cómo contribuye el desguace de coches a la economía circular?

Los desguaces de coches son una parte esencial de la economía circular, ya que contribuyen significativamente al reciclaje de materiales y la reutilización de componentes valiosos. Cuando un vehículo llega al desguace, pasa por un proceso de desmontaje y reciclaje en el que se separan diversos materiales que pueden ser reutilizados en la fabricación de nuevos productos.

Estos son algunos de los materiales más importantes que se recuperan:

1. Metales: Los coches contienen grandes cantidades de metal, especialmente acero y aluminio. Estos materiales se pueden reutilizar para fabricar nuevos vehículos, electrodomésticos y otros productos, reduciendo la necesidad de extraer minerales del suelo.

2. Plásticos y caucho: Muchas partes del coche, como los paneles interiores, los asientos y las llantas, están hechas de plásticos y caucho, que también pueden ser reciclados y utilizados para fabricar nuevos productos.

3. Vidrio: El vidrio de los parabrisas y las ventanas puede ser reciclado y utilizado en la fabricación de nuevos vidrios para la industria automotriz y otras aplicaciones.

4. Aceites y líquidos: Los desguaces también gestionan de forma responsable los líquidos del vehículo, como aceites y combustibles. Estos se recogen de manera segura y se reciclan para evitar que contaminen el medio ambiente.

Beneficios del reciclaje de coches para el medio ambiente:

El reciclaje adecuado de vehículos ayuda a reducir la huella de carbono al disminuir la necesidad de fabricar nuevos materiales a partir de recursos vírgenes. Además, al evitar que los vehículos acaben en vertederos, se evita la contaminación del suelo y las aguas subterráneas por productos tóxicos como los aceites o los productos químicos de la batería.

Un futuro más verde

La industria del desguace está evolucionando constantemente hacia prácticas más sostenibles y tecnológicamente avanzadas. Con el aumento de vehículos eléctricos e híbridos, los desguaces también se están adaptando para gestionar de manera eficiente los componentes de estos vehículos, como las baterías de litio, que requieren un tratamiento especial. En este sentido, el reciclaje de coches no solo contribuye al ahorro de recursos, sino que también ayuda a mitigar el impacto ambiental de las nuevas tecnologías automotrices.

En conclusión, el reciclaje de vehículos en desguaces es una práctica fundamental para avanzar hacia una economía circular, reduciendo la extracción de recursos naturales y promoviendo la sostenibilidad. Si tienes un coche viejo o en desuso, recuerda que su reciclaje no solo te beneficia a ti, sino que también juega un papel crucial en la protección del medio ambiente y el futuro de nuestro planeta